El Campo

El campo está desaprovechado. Ahí está. Lo dije. Y podría dejar el artículo aquí y quedar con la conciencia tranquila, porque ya dije todo lo que importa al respecto. Pero voy a tratar de explicarme.

Tal vez uno de los problemas graves sea la dieta local: mucha carne y muy poca verdura. Pero eso no es del todo cierto, pues hay algunas verduras que son tan parte de la cultura chilena que es difícil no considerarlas “parte de la dieta” (hablo del tomate, el zapallo, los porotos verdes y el choclo). Lo que pasa es esos ingredientes se comen en preparados específicos y no como acompañamiento de las carnes. Entonces, cuando se faena un animal, es casi lo único que se come.

Pero lo que me molesta más del campo es que creo que tenemos errado nuestro sentido de comercializarlo. Mi queja, que repetiré hasta que las cosas cambien, es la falta de variedad. Entiendo que, porque los tomates son parte de nuestra dieta diaria, queramos tenerlos todo el año. Lo malo es que comprometemos la calidad. ¡Basta ya de tomates Rocky!

¿Soy el único que piensa así? No lo creo, pero tal vez los que lo hacemos seamos minoría. Después de todo, es por la demanda de estos tomates que los agricultores deciden plantarlos. Tal vez antes plantaban otros tomates (y otras cosas fuera de temporada) pero les costaba más venderlas. Tal vez la culpa la tengan los supermercados, a los que no les gusta la diversidad, y obliguen a los pequeños productores a homogenizarse (o morir en la guerra de los precios). Tal vez, incluso, la culpa la tengamos los restaurantes, que insistimos en preparados con productos fuera de temporada. Tal vez la culpa la tengan los mismos granjeros, que encuentran que un tomate genéticamente modificado (por seguir con el mismo ejemplo, pero –ojo-, no es el único producto con este problema en el mercado), que un tomate genéticamente modificado es más fácil de plantar que otras verduras que requieren más cuidado.

¿Qué creo yo? Que es una combinación de todo lo anterior. Falta educación y falta audacia, tanto en los agricultores como en los cocineros (ya sean profesionales o aficionados).

El campo está desaprovechado. Chile tiene varios climas buenos para la agricultura, y suelos donde pareciera que siempre se puede sacar un buen producto. Esa es una oportunidad que tenemos que explotar.

5 comentarios en “El Campo

  1. Hola, me pregunto por cual/es lugar/es habrás pasado este verano, para haberte impactado al punto de concluir que el campo está desaprovechado.
    Si viste mucha carne, de seguro te tocaron muchos asados, eso en el campo es típico para agasajar a las visitas o para festejar algo. No sé si a los campesinos en el día a día les dé el presupuesto para tanta carne.

    Al grano.

    Creo que la falta de variedad en frutas y verduras (me refiero a variedades de una misma especie) también tiene mucho que ver con que mediante los programas de asistencia técnica, créditos, etc. Se han ido introduciendo productos (especies, y todo tipo de fertilizantes y plaguicidas.

    Semillas de variedades que “supuestamente” son mejores (como tu ejemplo de los Rocky y que se extiende a frutales, verduras y leguminosas), que al comienzo aparecen a ojos de los que siembran como que harán el gran negocio. Dejando de plantar otras semillas y lo que es peor muchas veces arrancando cosas ya plantadas, la moda y la rentabilidad «asegurada» priman.

    Afortunadamente, en algunos lugares supongo que no considerados comercialmente rentables; la gente sigue plantando para su auto subsistencia “esas otras variedades”, las que ahora comparativamente encontramos “mejores”. Pero han dejado de lado otras especies que se dan solas y que antes usaban en su alimentación.

    Aún estamos a tiempo de reflexionar y hacer algo, hay que apoyar a las curadores de semillas, a los pequeños campesinos para que no solo produzcan para el auto consumo, tambien a los que productores orgánico. No es fácil, los canales de comercialización, el transporte y otros factores encarecen los productos. Al menos en Santiago. Otro cuento es por ejemplo si uno vive en Chillán, Cauquenes -cito estos lugares porque durante el invierno pasado tuve la suerte de ir más de una vez a sus ferias y mercados, donde los pequeños productores campesinos van a vender directamente sus cosas-. El tema da para largo…

    Anabella

  2. Hola, gracias por el comentario y disculpa por la demora en responder. La verdad es que mi análisis de la mucha carne se refiere, primero, a la carne como proteína (incluyo pollos y otros, por ejemplo). Segundo, no es resultado de un solo verano de visitas, si no de varias a lo largo de los años. Y finalmente, no es un mal exclusivo de Chile. Con ciertas excepciones, Latinoamérica entera tiene el mismo problema. Pero para darte un ejemplo, en mi último viaje al sur, los menús en los restaurantes, y los platos que probé en ellos, venían con poquísimos acompañamientos de verduras y frutas. Y eso me pareció extraño, siendo pleno verano.

    Me encantaría ir a las ferias que mencionas. Así creo que deberían ser todas, llenas de productores orgullosos!

    Saludos!

    1. Ok, gracias ahí si entendí porqué y quienes desaprovechan productos vegetales del campo.

      Ya me parecía raro, porque generalmente en casas si bien hay carnes y aves, hasta conejos;estos generalmente van en proporción razonable con verduras y/o legumbres y/o cereales.

      Charquicán, porotos, tomaticán, ajiaco, fricasé, cazuelas, pasteles (salados)y una larga lista de preparaciones.

      Acá lo tradicional es fruta= postres, jugos o en pasteles. En salado poco, en recetas venidas de europa (puré de manzanas c/ chancho).

      Buen fin de semana!

  3. ¡Yo también encuentro! El truco es hacer que la gente conozca los productos, y así pregunten por ellos, y crezca la demanda.

    Yo no estoy familiarizada con muchas de las verduras, pero tengo una prima que siempre hace unas ensaladas a las que agrega cosas que jamás he visto, y ¡qué ensaladas! luego pregunto por los ingredientes en los supermercados y casi nunca los tienen… en los mercaditos a veces, en especial en las provincias.

    Al final si logramos convertirlo en algo «chic» toda la gente va a querer comprarlo… pero luego vamos a dejar de trabajar con otras cosas que quizá ya no estén de moda jeje.

  4. Diste en el clavo. Es importante dar a conocer esos productos, y al mismo tiempo decirle a la gente donde comprarlos (la verdad es que es casi imposible pedirle a un supermercado que los ofrezca, porque ellos compran cantidades muy grandes y ofrecen pésimas condiciones de pago, sobretodo para productores chicos).

    En cuanto a la «moda» lo ideal es que sea cíclica. Comenzar a trabajar con diversos productos para darlos a conocer, y de vez en cuando volver a los clásicos, tal vez como «un homenaje al pasado glorioso de tal o cual ingrediente» Muy utópico? jejejeje

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